Un poco de historia de nuestro proyecto…

El erizo y la cigüeña se crea a partir de una necesidad, o más bien de varias necesidades que nacieron junto con nuestro primer hijo.

Vivir en la sierra tan lejos de nuestras familias y amigos, con un clima muy frio en invierno y muy caluroso en verano, dieron lugar a muchas horas de reflexión, silencio, introspección y observación del entorno.

Anidar trae esos desafíos.

Y fue entonces cuando nos encontramos con un mundo de novedades. Por más libros y material que intentábamos devorar, siempre llegábamos a la misma simple conclusión: la realidad del nacimiento de un hijo cambia todo lo conocido, de verdad y para siempre.

Así que con la llegada de nuestro hijo, comenzamos a pensar en una manera de fusionar nuestro trabajo, nuestras experiencias, la vida familiar, la crianza del bebé y como mamá, la manera de maternar de una manera más conjunta y grupal tan necesaria para las mujeres y por qué no decirlo…para los hombres también!

Fue así como creamos el erizo y la cigüeña…un espacio de juego arte y encuentro que esperaba poder recibir con mucho amor a las mamás embarazadas, las familias primerizas, las que ya son un equipo y los peques de todas las edades que quieran sumarse a nuestras actividades.

Abrimos el local casi justo de la mano de la pandemia más grande que transito la humanidad.

Y fue entonces cuando lentamente, al tiempo de las restricciones y nuevas normalidades, intentamos ajustar y apretar este proyecto en forma de grupos burbujas y mini clases de arte entre las cosas que pudimos hacer…

En 2021 decidimos que estábamos sosteniendo algo que no se parecia ni un poco a nuestro proyecto inicial y decidimos soltar el espacio físico y cerrar la beboteca para transitar otros caminos con las nuevas reglas del juego.

Creemos que hemos sembrado la semilla del encuentro y de lo importante que es encontrarse físicamente para compartir. Esperemos retomar esta arista del proyecto en algún momento o simplemente seguir creciendo por otros caminos…